Es verdad que siempre buscamos la crema o tratamiento facial que funcione como una varita mágica, es decir, que nos ponga guapas, nos quite arrugas y que, además, controle la grasa y nos de ese aspecto piel de porcelana 24/7.
Pues bien, nadie se ha inventado la crema mágica porque hay más factores y la razón es muy sencilla: hay factores que ningún producto puede controlar y que hacen la diferencia en el aspecto de nuestra piel.
Sigue estos 7 tips para no dejar todo el trabajo a los productos de belleza y, de paso, para mejorar el efecto de esos mismos productos en nuestra piel. Puede que algunas te suene cliché, pero lo básico no es cliché, es un “Must to do”
Hidratarte: Si, el clásico de clásicos, pero te vamos a explicar bien su importancia para que no pases del agua. El 60% de nuestro cuerpo es agua y es necesaria para cumplir con las funciones vitales, cuando no tomamos suficiente agua, el cuerpo tira de las reservas y una de ellas está en la piel. En su capa más profunda, la dermis tiene una reserva (el 20% de nuestra piel es agua y es el órgano más extenso del cuerpo, calcula) y es de aquí de donde el cuerpo surtirá de agua a los órganos para que cumplan sus funciones. El resultado es una piel apagada, deshidratada que poco a poco irá perdiendo firmeza, tono y por la resequedad aparecerán las arrugas.
El café, té y otras bebidas azucaradas no valen para hidratarse. Los primeros por su efecto diurético, nos harán eliminar el agua y los segundos nos harán envejecer rápidamente por el efecto nocivo del azúcar.
Duerme bien: Cuando dormimos, la maquinita que es el cuerpo no se va a descansar del todo, por el contrario, es el momento del “mantenimiento” y depende de nosotros cooperar con ese proceso. Ir a la cama después de una cena pesada, por ejemplo, le dará trabajo extra a nuestro cuerpo y no podrá centrarse en recuperarse. Lo mismo pasa si le quitas el tiempo necesario (entre 7 y 8 horas) para darlo todo en una nueva jornada.
Cuando no duermes lo suficiente, los efectos más comunes son sentirse cansada o sin capacidad para concentrarte, pero hay otras consecuencias que quizá no relacionamos al mal sueño. Tiendes a tener más ansiedad y picar alimentos extra procesados. Estás de malhumor y aparece el estrés, que activa la producción de“cortisol” una sustancia que está detrás de algunos signos del envejecimiento y que, además, hace que nuestra piel secrete más grasa. El estrés activa un efecto dominó en el que la obstrucción de los poros y el acné hormonal son apenas algunas de las consecuencias.
Cuida tus hormonas: Como vimos con el cortisol, el efecto de las hormonas en nuestro cuerpo es innegable, pero no sólo el cortisol puede causar cambios en nuestra piel. Las hormonas más comunes son las sexuales: Testosterona y Estrógenos. En el caso de las mujeres, tenemos mayor cantidad de estrógenos y de estos depende la buena cicatrización, la producción de colágeno y el grosor de nuestra piel. Para conservar niveles adecuados de estrógenos, es importante adoptar una alimentación balanceada, hacer ejercicio y, ya lo sabes, minimizar el estrés.
Limpia tu piel todas las noches: no importa si no te maquillas, trabajas desde casa. Estamos expuestos a todo tipo de sustancias que ensucian e intoxican nuestra piel.
Con la limpieza diaria eliminas los restos de contaminación, maquillaje y cremas que hemos usado durante el día. Además, con este simple ritual diario, nuestra piel estará lista para su reparación nocturna.
Si eres de las que se desmaquilla y no se lava la piel, te estas saltando el paso más importante. Está perfecto que remuevas el maquillaje, pero asegúrate de lavar tu piel para eliminar por completo los residuos de este y algunos productos que usamos para desmaquillar los ojos, aún más si usas una mascara a prueba de agua, que generalmente se quita con productos más oleosos.
Agua Fría: En invierno, todos necesitamos un poquito de mimo con una buena ducha caliente, pero tu piel no. Lo sabemos, no es fácil ni siquiera pensar en tomar una ducha fría en invierno, pero al menos, asegúrate de lavar la piel del rostro con agua fría, para cerrar los poros y evitar que se acumulen suciedad y grasa.
Después de poner en práctica estos consejos verás como dan ese toque extra al cuidado diario de tu piel.